UNA
SENTENCIA JUDICIAL DA IMPULSO AL MOVIMIENTO INTERSEXUAL EN CENTROAMERICA
Por Ian Richardson
Revista Timeout
El
movimiento intersexual en Nicaragua gano su primera batalla. Por primera vez en
Nicaragua, la Juez Local Lic. Luz María Marín, de la ciudad de León, situada en
la región occidental del país, sentencio a tres años de prisión a Karly Dyanara
una persona intersexual, hace casi dos décadas.
Por el mencionado delito de “Sodomía y Matrimonio
Ilegal”, Karly Dyanara debió cumplir su condena en la Penitenciaria regional de
la ciudad de Chinandega.
La sentencia fue dictada el 20 de noviembre de 1997. A
pesar de que los Dictámenes Forenses de los Médicos Paulino Medina y Silvia
Villegas, presentados por la fiscalía, representada por el Lic. Freddy Arana
Rivera, se contradecían entre sí, ya que, el uno afirma categórica y enfáticamente
que Karly Dyanara es sexo masculino; mientras que la otra daba a entrever que
hay problemas congénitos, pero no especifica, de todas formas los análisis y exámenes
practicados no fueron los adecuados, según la defensa y el criterio de
Genetistas interesados en el caso, la sentencia represento una pequeña
revolución.
“Supone un inicio porque marca la pauta de que los
derechos de las personas intersexuales, hasta ahora son invisibles para la
sociedad nicaragüense”.
Respetando la voluntad de anonimato, el criterio de
un gineco-obstetra indica que Karly Dyanara, de 30 años, posee una “vagina
rudimentaria” y una “clitoromegalia o micropene, presenta una ambigüedad sexual
y jamás produjo ninguna hormona sexual de naturaleza masculina (testosterona)
ni femenina (estrógenos), tengo este conocimiento porque en una ocasión fue mi
paciente en consulta privada, quise ver cómo podía decir mi criterio, pero se
me denegó el derecho de colaborar, ya que la Sra Juez no dio lugar a dilucidar
el caso y súbitamente realizo su fallo, sentenciando de esta forma, considero
que este fallo y la sentencia fueron violatorios de los derechos humanos de
Karly Dyanara.
Sólo en Estados Unidos nacen cada año 200 bebés con los
órganos genitales indiferenciados. Es muy frecuente que, en las semanas
siguientes a su nacimiento, estos bebés sean sometidos a operaciones. Pero
estas operaciones, que carecen de objetivo terapéutico, suelen tener un efecto
contraproducente. Vividas como una mutilación, engendran desórdenes físicos y
psicológicos.
Karly Dyanara, de 30 años, es prueba de ello. Nació con
una ambigüedad genital y clitoromegalia o Micropene, sufrió su primera operación,
para extraerle la gónada inservible y evitar riesgos a su salud. A partir de
ahí, de manera regular toma su terapia de reemplazo hormonal.
Un episodio cuyo mero recuerdo sigue resultando
“doloroso” para Karly Dyanara. “Yo me daba cuenta de que no era como el resto,
pero intentaba no darle muchas vueltas a mi situación”. Para encontrar su lugar, se inclino y eligió el universo
Heterosexista y así descubrió la verdad en sí misma. “Cuando escuche la palabra
hermafroditismo, me causó un gran deseo de saber más”. Después vinieron varios
años de destrucción y dolor debido a lo que le toco enfrentar.
Hoy, Karly Dyanara tiene asumida su “ambigüedad”, comprendió
que no estaba sola cuando conoció y se unió a otras personas intersexuales y se
volvió una Activista, llegando a ser Fundadora del Movimiento Intersex
Centroamericano. Esta asociación reclama desde su creación, en los años 1998,
“el fin inmediato de las mutilaciones médicas y endocrinas”, así como toda
forma de discriminación y violación de los derechos humanos de las personas Intersex,
y la Visibilidad Intersexual en Nicaragua y Centroamérica, Karly Dyanara es la
primera Intersexual Visible en Nicaragua.
Karly Dyanara no está sola. Para defender sus derechos,
las personas intersexuales han decidido remitirse al Comité contra la
Tortura de las Naciones Unidas, que auditará a todo Estado que viole los
Derechos Humanos de las personas Intersexuales.
En agosto, este comité pidió a Suiza “que
dejara de someter a personas intersexuales a actuaciones médicas o quirúrgicas
inútiles sin su consentimiento”.
Al contrario que Nicaragua, otros países reconocen ya
la existencia de un tercer género. Por ejemplo, desde 2013, Alemania propone a
los progenitores la posibilidad de inscribir al recién nacido en el registro
civil con sexo “indeterminado”.
En 2015, Malta votó una de las leyes más
progresistas del mundo que otorga a toda la ciudadanía “el reconocimiento de su
identidad de género, el desarrollo libre de su persona según su identidad de
género, ser tratado de acuerdo con su identidad de género y, en concreto, ser
identificado de esta forma en los documentos que establecen su identidad, la
integridad corporal y la autonomía física”.
Hasta que punto estará consciente Nicaragua y toda Centroamérica
de esta realidad?
Karly Dyanara Activista Intersex en Centroamerica |
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