lunes, 13 de junio de 2016




UNA SENTENCIA JUDICIAL DA IMPULSO AL MOVIMIENTO INTERSEXUAL EN CENTROAMERICA
Por Ian Richardson
Revista Timeout


El movimiento intersexual en Nicaragua gano su primera batalla. Por primera vez en Nicaragua, la Juez Local Lic. Luz María Marín, de la ciudad de León, situada en la región occidental del país, sentencio a tres años de prisión a Karly Dyanara una persona intersexual, hace casi dos décadas.

Por el mencionado delito de “Sodomía y Matrimonio Ilegal”, Karly Dyanara debió cumplir su condena en la Penitenciaria regional de la ciudad de Chinandega.

La sentencia fue dictada el 20 de noviembre de 1997. A pesar de que los Dictámenes Forenses de los Médicos Paulino Medina y Silvia Villegas, presentados por la fiscalía, representada por el Lic. Freddy Arana Rivera, se contradecían entre sí, ya que, el uno afirma categórica y enfáticamente que Karly Dyanara es sexo masculino; mientras que la otra daba a entrever que hay problemas congénitos, pero no especifica, de todas formas los análisis y exámenes practicados no fueron los adecuados, según la defensa y el criterio de Genetistas interesados en el caso, la sentencia represento una pequeña revolución.

“Supone un inicio porque marca la pauta de que los derechos de las personas intersexuales, hasta ahora son invisibles para la sociedad nicaragüense”.

Respetando la voluntad de anonimato, el criterio de un gineco-obstetra indica que Karly Dyanara, de 30 años, posee una “vagina rudimentaria” y una “clitoromegalia o micropene, presenta una ambigüedad sexual y jamás produjo ninguna hormona sexual de naturaleza masculina (testosterona) ni femenina (estrógenos), tengo este conocimiento porque en una ocasión fue mi paciente en consulta privada, quise ver cómo podía decir mi criterio, pero se me denegó el derecho de colaborar, ya que la Sra Juez no dio lugar a dilucidar el caso y súbitamente realizo su fallo, sentenciando de esta forma, considero que este fallo y la sentencia fueron violatorios de los derechos humanos de Karly Dyanara.

Sólo en Estados Unidos nacen cada año 200 bebés con los órganos genitales indiferenciados. Es muy frecuente que, en las semanas siguientes a su nacimiento, estos bebés sean sometidos a operaciones. Pero estas operaciones, que carecen de objetivo terapéutico, suelen tener un efecto contraproducente. Vividas como una mutilación, engendran desórdenes físicos y psicológicos.

Karly Dyanara, de 30 años, es prueba de ello. Nació con una ambigüedad genital y clitoromegalia o Micropene, sufrió su primera operación, para extraerle la gónada inservible y evitar riesgos a su salud. A partir de ahí, de manera regular toma su terapia de reemplazo hormonal.

Un episodio cuyo mero recuerdo sigue resultando “doloroso” para Karly Dyanara. “Yo me daba cuenta de que no era como el resto, pero intentaba no darle muchas vueltas a mi situación”. Para encontrar su lugar, se inclino y eligió el universo Heterosexista y así descubrió la verdad en sí misma. “Cuando escuche la palabra hermafroditismo, me causó un gran deseo de saber más”. Después vinieron varios años de destrucción y dolor debido a lo que le toco enfrentar.

Hoy, Karly Dyanara tiene asumida su “ambigüedad”, comprendió que no estaba sola cuando conoció y se unió a otras personas intersexuales y se volvió una Activista, llegando a ser Fundadora del Movimiento Intersex Centroamericano. Esta asociación reclama desde su creación, en los años 1998, “el fin inmediato de las mutilaciones médicas y endocrinas”, así como toda forma de discriminación y violación de los derechos humanos de las personas Intersex, y la Visibilidad Intersexual en Nicaragua y Centroamérica, Karly Dyanara es la primera Intersexual Visible en Nicaragua.

Karly Dyanara no está sola. Para defender sus derechos, las personas intersexuales han decidido remitirse al Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas, que auditará a todo Estado que viole los Derechos Humanos de las personas Intersexuales.

En agosto, este comité pidió a Suiza “que dejara de someter a personas intersexuales a actuaciones médicas o quirúrgicas inútiles sin su consentimiento”.

Al contrario que Nicaragua, otros países reconocen ya la existencia de un tercer género. Por ejemplo, desde 2013, Alemania propone a los progenitores la posibilidad de inscribir al recién nacido en el registro civil con sexo “indeterminado”.

En 2015, Malta votó una de las leyes más progresistas del mundo que otorga a toda la ciudadanía “el reconocimiento de su identidad de género, el desarrollo libre de su persona según su identidad de género, ser tratado de acuerdo con su identidad de género y, en concreto, ser identificado de esta forma en los documentos que establecen su identidad, la integridad corporal y la autonomía física”.

Hasta que punto estará consciente Nicaragua y toda Centroamérica de esta realidad?

Karly Dyanara Activista Intersex en  Centroamerica



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